domingo, 8 de abril de 2012

comienzo de las clases

Después de unos días de descanso y, esperamos, también de diversión, comenzamos un nuevo trismestre, el último de este curso.
Conviene que intentemos adaptarnos lo más rápidamente posible y sin traumas al nuevo ritmo de trabajo y esfuerzo. Sin duda, merece la pena.
Son muy variadas las recompensas que podemos visualizar en la imaginación como alicientes: un buen resultado en las notas, un regalo ansiado y prometido, un verano estupendo y libre de la presión de horarios y exámenes...
Pero, por encima de todos estos fines, el más importante y el de mayor satisfacción personal es el convencimiento de haber cumplido con nuestro deber, la conciencia del trabajo bien hecho.
Puede que la realidad social y económica de la actualidad no reconozca como bien debiera a la juventud española cada vez más y mejor preparada. A pesar de todo, no se puede caer en el desánimo.
Ni los jóvenes se lo merecen ni nuestra sociedad se lo puede permitir.
Solo cabe mirar hacia el futuro con trabajo, esfuerzo, educación y cultura.