lunes, 21 de diciembre de 2015

librería ler devagar

Hoy comenzamos una nueva serie de entradas que recorrerán unas cuantas librerías repartidas por todo el mundo.

La librería "Ler Devagar" está situada en el barrio Alcántara en Lisboa, en el edificio de una antiguo almacén de industria textil.


miércoles, 16 de diciembre de 2015

douglas tompkins

Acaba de fallecer Douglas Tompkins a causa de una hipotermia mientras practicaba en Chile la navegación de kayak.
Fue un tiburón de los negocios de libro. Y consiguió hacerse multimillonario trabajando en la industria textil.
Cuando se cansó de amasar dinero, creó una fundación, The Conservation Land Trust, para la defensa de la naturaleza.
En su tarjeta de visita se presentaba como un filántropo de la ecología.
Sus métodos no siempre fueron aplaudidos. Pero Tompkins seguía su camino.
Él decía: "Las obras hablan por uno".


El Rincón (Parque Nacional Perito Moreno)


lunes, 14 de diciembre de 2015

la carreta literaria

Ni a Grabiel García Máquez le dio la imaginación para tanto.

"La carreta literaria" nace en Cartagena de Indias, nació donde solo podía surgir una idea de esta naturaleza, en el Caribe.

Martín Murillo es su creador. 

El proyecto es simple: hacerse con una carretilla donde caben doscientos libros y recorrer las calles, los parques, y los patios de los colegios de Cartagena de Indias para acercar a la lectura a todo aquel que sienta inquietud por adentrarse en el mundo de la imaginación. Y todo de manera gratuita para el consumidor. Y, encima, el negocio renta.



Una librería increíble.

jueves, 10 de diciembre de 2015

deberes en casa

Es un tema que ya viene de largo y que, cíclicamente, vuelve a resucitar en la opinión pública.

Como base del problema, decir, lo primero de todo, que creemos que es necesario que cada alumno dedique un tiempo al día para repasar, asimilar e interiorizar y memorizar los contenidos que se hayan visto en las aulas con el profesor. Diríamos que es algo imprescindible para el avance personal  y el desarrollo de la autonomía en el aprendizaje.

Y, así, cada alumno deberá ajustar su tiempo de trabajo en casa de acuerdo a sus aptitudes, su disposición y forma de trabajar individualmente.

Ahora bien, el volumen de los deberes o la pertinencia de lo exigido por los profesores deberá responder, evidentemente, a la mesura y a las posibilidades reales de sus alumnos.

En este caso, el diálogo entre padres, alumnos y profesores debería ser la mejor solución.

¿De verdad es necesario emborronar más nuestra enrevesada legislación educativa con un nuevo articulado de aplicación obligatoria para dar solución a este tema, cuando, además, la variantes de horarios escolares, actitudes, capacidades, aspiraciones, situaciones personales son tan variadas?