jueves, 10 de diciembre de 2015

deberes en casa

Es un tema que ya viene de largo y que, cíclicamente, vuelve a resucitar en la opinión pública.

Como base del problema, decir, lo primero de todo, que creemos que es necesario que cada alumno dedique un tiempo al día para repasar, asimilar e interiorizar y memorizar los contenidos que se hayan visto en las aulas con el profesor. Diríamos que es algo imprescindible para el avance personal  y el desarrollo de la autonomía en el aprendizaje.

Y, así, cada alumno deberá ajustar su tiempo de trabajo en casa de acuerdo a sus aptitudes, su disposición y forma de trabajar individualmente.

Ahora bien, el volumen de los deberes o la pertinencia de lo exigido por los profesores deberá responder, evidentemente, a la mesura y a las posibilidades reales de sus alumnos.

En este caso, el diálogo entre padres, alumnos y profesores debería ser la mejor solución.

¿De verdad es necesario emborronar más nuestra enrevesada legislación educativa con un nuevo articulado de aplicación obligatoria para dar solución a este tema, cuando, además, la variantes de horarios escolares, actitudes, capacidades, aspiraciones, situaciones personales son tan variadas?


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