Desde el año 1869 en el que se emitieron las primeras tarjetas postales en Austria, estas cartulinas volanderas han revivido recuerdos, aportado información sobre lugares desconocidos, mantenido lazos de unión, suscitado efectos... Hoy hemos recibido un montón de postales desde Rumanía. Y hemos recordado y vuelto a admirar al escultor y fotógrafo Constantin Brancusi.
Ya solo los nombres de las esculturas del conjunto monumental de Targu-Jiu, en recuerdo de los jóvenes fallecidos durante la Primera Guerra Mundial, invita a su contemplación. Y no nos sentiremos defraudados: "La mesa del silencio" "La puerta del beso" y "La columna del infinito".
Y no quiero dejar de reseñar una de las frases célebres de este iniciador de la escultlura moderna, cuando rechazó la oferta de Rodin para trabajar a su lado: "A la sombra de una gran encina no pueden crecer los arbustos jóvenes".
La aventura, el riesgo y la valentía son parte del precio que hay que pagar para avanzar.
También escribió:
"Ser inteligente es algo, pero vale la pena ser honesto".
Y aquí queda la imagen de una de las esculturas más emblemáticas de Constantin Brancusi: "El beso".
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